La misión de SHARE NOW es contribuir a un entorno urbano más habitable. El uso compartido del coche se revela como una forma eficaz de reducir la congestión, pero ¿qué pasa con la conducción autónoma? ¿Cómo de cerca estamos de poder tener una experiencia de conducción totalmente autónoma en nuestras ciudades?
"Me sorprendería que no lográramos una conducción autónoma completa más segura que la de un humano este año." Así lo anunció Elon Musk en su llamada de resultados del cuarto trimestre de 2021 de Tesla, refiriéndose a 2022. Musk lo anuncia más o menos cada año, pero es consciente del mayor obstáculo al que todavía se enfrentan los coches autónomos.
El hardware para los coches autónomos, al menos por parte del vehículo, existe desde hace tiempo. El software ya puede conducir un coche. Pero cuando el software falla en tu iPhone, el dispositivo se bloquea. Cuando el software falla en tu coche autónomo, el coche... bueno, se estrella.
Para tener una visión más detallada del camino que se está recorriendo hacia una conducción segura y totalmente autónoma, echemos un vistazo a los niveles de autonomía alcanzados hasta ahora. Los niveles de conducción autónoma los establece la clasificación SAE. Publicada en 2014, la clasificación tiene 6 niveles estándar que van desde los sistemas totalmente manuales hasta la conducción autónoma integrada. ¿En qué nivel estamos hoy?
El primer nivel de la norma SAE refleja básicamente la conducción que conocemos desde hace décadas. Esto no significa necesariamente una ausencia total de elementos de automatización. Los sistemas de alarma, los sensores de aparcamiento, los dispositivos de control de la presión de los neumáticos... todo esto entra en esta categoría. En resumen, no hay una verdadera intervención automática de un ordenador: el conductor tiene el control de cada movimiento del vehículo.
Con el nivel 1 entramos en el territorio de la conducción autónoma. En el nivel 1 de las normas SAE, el conductor y el sistema automatizado comparten el control del vehículo. Esto incluye el control de la velocidad, que pocos considerarían de alta tecnología hoy en día, pero también los sistemas de aparcamiento automatizados y el frenado automático de emergencia. La asistencia avanzada de mantenimiento de carril y la detección de bordes de la carretera en el Peugeot e-208 de la flota SHARE NOW son ejemplos de automatización de nivel 1.
Es cuando llegamos al nivel 2 cuando las cosas empiezan a parecer un poco más futuristas. Con este nivel de automatización, el sistema de conducción autónoma toma el control total del vehículo al acelerar, frenar y dirigir. Esto no quita que el conductor deba estar preparado para intervenir inmediatamente en cualquier momento. El Piloto automático de Tesla es quizás el ejemplo más famoso de Nivel 2. Lanzado en octubre de 2015, el piloto automático se ha actualizado regularmente desde entonces y ahora está aprobado para su uso en la vía pública en varios estados de Estados Unidos.
En el nivel 3, el conductor puede desviar su atención de la carretera con seguridad. Ver una película mientras se "conduce" ya no será un sueño. Mercedes-Benz -con su Drive Pilot- se ha convertido en el primer fabricante de automóviles en conseguir la certificación internacional para un sistema de nivel 3 a finales de 2021. La diferencia clave entre Drive Pilot y Autopilot es la responsabilidad. Una vez que activas el Drive Pilot, dejas de ser legalmente responsable del funcionamiento del coche hasta que el sistema se desactiva. ¿Se ha producido un accidente? La responsabilidad es de Mercedes. El uso de Drive Pilot ya ha sido aprobado en todas las autopistas alemanas.
En el nivel 3, los conductores están obligados a intervenir en un plazo determinado (especificado por el fabricante) si el sistema lo solicita. Al pasar al nivel 4, no se requiere la atención del conductor. En este caso, echarse una siesta al volante se convierte en una posibilidad real. Sin embargo, hay que tener en cuenta una limitación. La conducción autónoma de nivel 4 está restringida a zonas bastante limitadas. Piensa en robots de reparto como los de Starship o Amazon o en robotaxis alrededor de un gran campus privado.
Por último, subimos a la cima de la tabla de clasificación con el nivel 5 de conducción autónoma. En esta fase, no es necesaria la intervención humana. Tal es el nivel de automatización que el propio volante se considera opcional. Los sistemas de nivel 5 pueden funcionar en todas las condiciones de la carretera y del entorno. Los ejemplos de un sistema de nivel 5 siguen siendo hipotéticos en este momento, pero es posible imaginar camiones autónomos que entreguen mercancías pesadas, taxis sin conductor que atraviesen ciudades enteras o incluso aviones sin piloto en el aire. ¡Hasta el cielo y más allá!
Un paso clave para los coches autónomos es el salto del Nivel 2 al Nivel 3. A partir de ese punto los conductores pasan de tener que ser totalmente responsables y conscientes de su entorno a poder tomarse alguna distracción. Aquí es donde entran en juego las implicaciones legales de la conducción autónoma. Sistemas como el Full Self Driving (FSD) de Tesla - que actualmente solo está disponible en la vía pública para empleados y probadores seleccionados - son técnicamente capaces de alcanzar el nivel 3, pero aún no han superado los numerosos obstáculos legales como el Drive Pilot de Mercedes. Este aún no está disponible para el público, pero cuando salga a la venta permitirá dar el salto del nivel 2 al 3: un hito histórico y un gran paso hacia el futuro.
Sr. Editorial Content Strategist
"Poseer menos, compartir más"
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